Señoras mayores practicando pilates

01 Marzo 2025

Efectos de la actividad física en los síntomas depresivos y de ansiedad en mujeres durante la transición menopáusica y la menopausia: revisión sistemática exhaustiva y metanálisis de ensayos clínicos aleatorizados

Esta revisión sistemática y metanálisis evaluó el efecto de la actividad física en la gravedad de los síntomas depresivos y ansiosos en 2020 mujeres durante la transición menopáusica y la menopausia.

Yue H, Yang Y, Xie F, Cui J, Li Y, Si M, Li S, Yao F. Effects of physical activity on depressive and anxiety symptoms of women in the menopausal transition and menopause: a comprehensive systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Int J Behav Nutr Phys Act. 2025 Jan 24;22(1):13.

Puntos clave:

  • La probabilidad de que las mujeres menopáusicas experimenten ansiedad y depresión es del 12,62 % y del 25,99 %, respectivamente. 
  • La actividad física se puede asociar con una disminución de los síntomas depresivos y ansiosos en las mujeres menopáusicas. 
  • Tanto los ejercicios de intensidad baja como moderada pueden mejorar los síntomas depresivos y ansiosos durante la menopausia. 
  • No hay investigaciones sobre el efecto de los ejercicios de alta intensidad para mitigar los síntomas depresivos y ansiosos en este grupo de mujeres. 

La probabilidad de que las mujeres menopáusicas experimenten ansiedad y depresión es del 12,62 % y del 25,99 %, respectivamente, posiblemente el triple que en la premenopausia. Por ello, existe una búsqueda de estrategias efectivas para aliviar los síntomas depresivos y ansiosos en este grupo de mujeres. 

Algunos estudios clínicos y epidemiológicos han estudiado el efecto de la actividad física en el tratamiento de los trastornos de la salud mental, como la depresión y la ansiedad. En la última década ha habido un aumento de la cantidad de ensayos publicados sobre intervenciones de actividad física en mujeres menopáusicas. Sin embargo, el número de revisiones sistemáticas es pequeño. 

Este estudio tuvo como objetivo revisar y analizar los datos sobre la eficacia de todo tipo de actividad física para aliviar los síntomas depresivos y ansiosos en las mujeres durante la transición menopáusica y explorar las diferencias entre los distintos estados menopáusicos y la intensidad de la actividad física. 

Se revisaron artículos publicados hasta el 8 de abril de 2024 en cinco bases de datos electrónicas: PubMed, Embase, Web of Science, Cochrane Library y Cumulative Index of Nursing and Allied Health Literature. La estrategia de búsqueda incluyó tres módulos de palabras claves: physical activity (actividad física), menopause (menopausia) y mood disorder (trastorno del estado de ánimo). 

La revisión sistemática identificó inicialmente 2920 registros. Finalmente, se incluyeron 21 estudios en el análisis cuantitativo, publicados entre 2006 y 2022. Aproximadamente, el 67 % de los estudios presentaban algunas preocupaciones o un alto riesgo de sesgo. 

Los estudios contaron con la participación de 2020 mujeres. De ellas, 990 formaban parte del grupo experimental y 1030 del grupo de control. 

Todas las intervenciones se basaron en ejercicio físico, con duraciones que variaban de 3 a 52 semanas. Los tiempos de intervención oscilaron entre 70 y 450 minutos por semana. 

Se incluyeron 20 estudios en el análisis de los síntomas depresivos, con un total de 1990 mujeres menopáusicas. De estas, 975 estaban en el grupo experimental y 1015 en el grupo de control. 

Los grupos de actividad física mostraron un efecto estadísticamente significativo en la reducción de los síntomas depresivos, en comparación con los grupos de control (diferencia media estándar [DME]: −0,66; IC 95 % de −0,99 a −0,33, p <0,001; I² = 92 %). 

Se incluyeron 12 estudios para evaluar los síntomas de ansiedad, con un total de 1411 mujeres menopáusicas. De estas, 677 estaban en el grupo experimental y 734 en el grupo control. 

Los grupos de actividad física mostraron un efecto estadísticamente significativo en la reducción de los síntomas de ansiedad, en comparación con los grupos de control (DME: −0,55, IC 95 % de −0,82 a −0,27, p <0,001; I² = 83 %). 

Los estudios se clasificaron en dos subgrupos, según la intensidad del ejercicio fuera baja o moderada. 

El ejercicio de intensidad moderada mostró una reducción en los síntomas depresivos (DME: −0,76, IC 95% de −1,27 a −0,25, p = 0,003, I² = 94 %) y de ansiedad (DME: −0,23, IC 95 % de −1,41 a −0,06, p = 0,01, I² = 35 %), en comparación con los controles. 

Del mismo modo, el ejercicio de baja intensidad también produjo beneficios similares en la reducción de los síntomas depresivos (DME: −0,86, IC 95 % de −1,27 a −0,45, p <0,001, I² = 79 %) y de ansiedad (DME: −0,75, IC 95 % de −1,45 a −0,06, p = 0,03, I² = 89 %). No obstante, ninguno de estos resultados fue estadísticamente significativo. 

Los estudios se dividieron en tres subgrupos: mujeres menopáusicas, mujeres posmenopáusicas y ambas. 

El análisis mostró una reducción estadísticamente significativa en los síntomas depresivos en los tres subgrupos: 

  • Menopáusicas: DME: −0,56, IC 95 % de −0,96 a −0,17, p = 0,006, I² = 69 %. 
  • Posmenopáusicas: DME: −0,94, IC 95 % de −1,46 a −0,42, p = 0,0004, I² = 94 %. 
  • Ambas: DME: −0,30, IC 95 % de −0,49 a −0,12, p = 0,001, I² = 0 %. 

Por otro lado, el ejercicio físico redujo los síntomas de ansiedad en las mujeres posmenopáusicas (DME: −0,96, IC 95 % de −1,49 a −0,43, p = 0,0004, I² = 89 %), pero no tuvo un efecto significativo en las mujeres menopáusicas (DME: −0,26, IC 95 % de −0,60 a −0,07, p = 0,12, I² = 43 %). 

Se realizó un análisis de sensibilidad eliminando aquellos estudios que incluían mujeres mayores de 65 años. Los resultados mostraron un efecto similar, tanto en los síntomas de depresión (DME −0,69; IC 95 % de −1,28 a −0,10; p = 0,02; I² = 95 %) como en los de ansiedad  
(DME −0,38; IC 95 % de −0,66 a −0,09; p = 0,009; I² = 71 %). 

Un segundo análisis de sensibilidad excluyó los ensayos en los que el grupo de control había recibido intervenciones no relacionadas con el ejercicio, como medicamentos o estiramientos. Los resultados también mostraron que el efecto de la actividad física continuaba siendo significativo, tanto para la depresión (DME −0,74; IC 95 % de −1,10 a −0,38; p <0,001; I² = 92 %) como para la ansiedad (DME −0,49; IC 95 % de −0,77 a −0,21; p <0,001; I² = 83 %). 

Finalmente, se realizó un tercer análisis de sensibilidad, evaluando el efecto de las herramientas utilizadas para medir los síntomas depresivos y de ansiedad. Al considerar solo los estudios que utilizaron el Inventario de Depresión de Beck, los resultados se mantuvieron estables (DME −1,51; IC 95 % de −2,43 a −0,59; p = 0,001; I² = 94 %). 

La mayoría de los estudios se encontraban dentro de los límites de confianza del 95 %, lo cual sugiere que los resultados parecen no estar muy influidos por la elevada heterogeneidad entre los estudios. 

Según sus autores, este estudio es la primera revisión sistemática y metanálisis exhaustivo que explora la relación entre la actividad física y los síntomas de depresión y ansiedad en mujeres durante la transición menopáusica y la menopausia. 

En el análisis por grupos, se observó una correlación negativa entre la actividad física y los síntomas depresivos en los tres grupos. No obstante, la actividad física solo mostró una mejoría significativa en los niveles de ansiedad en el grupo de mujeres posmenopáusicas. 

Los resultados de este estudio son coherentes con metanálisis y revisiones sistemáticas previas. Además, se encontró que el ejercicio de baja intensidad puede tener un efecto positivo mayor en los síntomas de ansiedad que el ejercicio de intensidad moderada. 

Este estudio encontró una correlación entre caminar a una intensidad baja a moderada y la mejoría de los síntomas depresivos. Sin embargo, falta investigación empírica que examine la asociación entre caminar y los síntomas de ansiedad. 

El mecanismo preciso por el cual la actividad física mitiga los síntomas de depresión y ansiedad aún no está claro; pueden contribuir tanto factores genéticos como ambientales. 

En cuanto a las limitaciones de esta investigación, los autores señalan que más de la mitad de los estudios mostraron un riesgo alto de sesgo. Además, hay una falta de definiciones estandarizadas para la etapa menopáusica, las herramientas de evaluación de la actividad física y los criterios de puntuación para los síntomas depresivos y de ansiedad. En algunos casos, el tamaño de las muestras fue limitado y la mayoría de los estudios no incorporaron un seguimiento a largo plazo. 

Los autores proponen que los estudios futuros se enfoquen en cuantificar la intensidad de la actividad física con datos objetivos, así como uniformar los métodos para evaluar la depresión y la ansiedad. También deberían realizarse pruebas de hormonas sexuales en las participantes para determinar las etapas específicas de la menopausia. 

La actividad física de intensidad baja a moderada puede generar mejoras notables en los síntomas depresivos y ansiosos en las mujeres menopáusicas. 

Enlace al artículo original: https://ijbnpa.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12966-025-01712-z  

Este contenido estará disponible hasta el 7 de febrero de 2027.

ES-NON-116679 (Creado: febrero 2025)